Sunday, November 12, 2006

O LO CUERDO DE LA LOCURA...

Aquel médico (que más parecía un paciente, con sus cabellos teñidos de negro) tenía razón. Veronika había escuchado la palabra muchas veces pero no tenía idea de lo que significaba.
—¿Puede curarse? —quiso saber, intentando ver si obtenía más informaciones sobre el tema.
—Puede controlarse. Aún no se sabe bien lo que pasa en el mundo de la locura: todo es nuevo, y los procesos cambian cada década. Un esquizofrénico es una persona que ya tiene una tendencia natural para ausentarse de este mundo, hasta que un hecho, grave o superficial, dependiendo de cada caso, hace que cree una realidad sólo para él. El caso puede evolucionar hasta un punto en que el paciente se ausente totalmente de la realidad, lo que llamamos catatonia, o, por el contrario, puede remitir a la larga, y permitir que el paciente trabaje y desarrolle una vida prácticamente normal. Depende tan sólo de un factor: el ambiente.
—Crear una realidad sólo para él —repitió Veronika—. ¿Qué es la realidad?
—Es lo que la mayoría de la gente consideró que debía ser No necesariamente lo mejor, ni lo más lógico, sino lo que se adaptó al deseo colectivo. ¿Usted ve lo que llevo alrededor del cuello?
—Una corbata.
—Muy bien. Su respuesta es lógica y coherente, propia de una persona absolutamente normal: «una corbata» .
Un loco, sin embargo, diría que yo tengo alrededor del cuello una tela de colores, ridícula, inútil, atada de una manera complicada, que termina dificultando los movimientos de la cabeza y exigiendo un esfuerzo mayor para que el aire pueda penetrar en los pulmones. Si yo me distrajera estando cerca de un ventilador, podría morir estrangulado por esta tela.
Si un loco me preguntara para qué sirve una corbata, yo tendría que responderle: para absolutamente nada. Ni siquiera para adornar, porque hoy en día se ha tornado en el símbolo de la esclavitud, del poder, del distanciamiento. La única utilidad de la corbata consiste en llegar a la casa y podérnosla quitar, dándonos la sensación de que estamos libres de algo que no sabemos lo que es.
¿Pero la sensación de alivio justifica la existencia de la corbata? No. Aún así, si yo pregunto a un loco y a una persona normal qué es eso, será considerado cuerdo aquel que responda: «una corbata». No importa quien dice la verdad, importa quien tiene razón.

Veronika decide morir. Paulo Coelho

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