¡QUÉ FÁCIL ERA TODO ANTES! O... ¡QUÉ DIFÍCIL LO HACEMOS TODO AHORA!
Acabo de recibir esto en mi mail y creo que da que pensar! Al menos, a mi me ha hecho sonreír...
Vaya década, eh!!!
Vaya década, eh!!!
La foto es con mi primo David, hace mil millones de años, en casa de nuestros abuelos (Torneiros, Lugo). De pequeños vivimos descomunales peleas (verbales y físicas), pero la foto habla por si sola, no???
Seguro que os acordáis de aquel tiempo, cuando las decisiones importantes se tomaban mediante un práctico "Pito pito gorgorito dónde vas tú tan bonito, a la era verdadera pim pom fuera"
Se podían detener las cosas cuando se complicaban con un simple "no ha valido". Los errores se arreglaban diciendo simplemente "empezamos otra vez".
El peor castigo y condena era que te hicieran escribir cien veces "No debo...". Tener mucho dinero sólo significaba poder comprar más casas jugando al monopoly (inciso de Nat: en mi caso fue El Camino de la Vida...), o comprarte un helado y una bolsa de chucherías a la salida del cole.
Hacer una montaña de arena podía mantenernos felizmente ocupados durante toda una tarde. Y cuando jugábamos al "pilla pilla" siempre había una forma de salvar a todos los amigos, sólo bastaba con un grito de: "¡Por mi, por todos mis compañeros y por mi primero!".
Siempre descubrías tus más ocultas habilidades a causa de un "¿A que no haces esto?". Nunca había nada más lindo y prohibido que jugar con fuego. A pesar de que algún mayor te dijera: "Te vas a hacer pis en la cama".
¡Tonto el último! Era el grito que nos hacía correr como locos hasta que sentíamos que el corazón se nos salía del pecho. Y, ¿cuándo jugábamos a polis y a cacos? Era sólo un juego para el recreo, y por supuesto, era mucho más divertido ser ladrón que policía. La mayor desilusión del recreo era solo haber sido elegidos últimos para el equipo del colegio.
Quién no recuerda estos momentos que vivimos en los 80...
Se podían detener las cosas cuando se complicaban con un simple "no ha valido". Los errores se arreglaban diciendo simplemente "empezamos otra vez".
El peor castigo y condena era que te hicieran escribir cien veces "No debo...". Tener mucho dinero sólo significaba poder comprar más casas jugando al monopoly (inciso de Nat: en mi caso fue El Camino de la Vida...), o comprarte un helado y una bolsa de chucherías a la salida del cole.
Hacer una montaña de arena podía mantenernos felizmente ocupados durante toda una tarde. Y cuando jugábamos al "pilla pilla" siempre había una forma de salvar a todos los amigos, sólo bastaba con un grito de: "¡Por mi, por todos mis compañeros y por mi primero!".
Siempre descubrías tus más ocultas habilidades a causa de un "¿A que no haces esto?". Nunca había nada más lindo y prohibido que jugar con fuego. A pesar de que algún mayor te dijera: "Te vas a hacer pis en la cama".
¡Tonto el último! Era el grito que nos hacía correr como locos hasta que sentíamos que el corazón se nos salía del pecho. Y, ¿cuándo jugábamos a polis y a cacos? Era sólo un juego para el recreo, y por supuesto, era mucho más divertido ser ladrón que policía. La mayor desilusión del recreo era solo haber sido elegidos últimos para el equipo del colegio.
Quién no recuerda estos momentos que vivimos en los 80...
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