CERCA DE LAS VÍAS

No paro de viajar en avión! Barcelona, Bruselas, Charleroi, París, Glasgow, Bilbao...
Y resulta que a mi lo que me gusta es ir en tren! (Paradojas). Esos viajes en tren, sola o acompañada, en los que te pasas 15 horas sin saber ya como ponerte, mirando por la ventana sin mirar nada, viendo como la gente te ve pasar, observando a la gente que sube y baja... Cuando vas en avión no paras de mirar el reloj, a ver cuanto queda, pero cuando tienes 15 horas de viaje por delante el tiempo desaparece.
Recuerdo con mucho cariño uno de esos viajes. Hace cuatro veranos, yo sola, de Lugo a Barcelona. Aquellas vacaciones fueron especiales... Tenía que arriesgar o decir adiós, aunque al final no me hizo falta elegir porque alguien lo hizo por mi... Aquel adiós no fue duro, simplemente fue triste... Mientras estaba en el tren, decidí hacer algo especial para una persona importante en mi vida, un diario de pensamientos en forma de mensajes de movil.
Uno de mis mensajes decía que en aquel momento sentía que la vida era como aquel tren, un trayecto en el que ves subir y bajar personas. Recuerdo perfectamente aquel sentimiento porque es exactamente lo que siento ahora.

Cuando escribí todo aquello hacía solo unas semanas que había conocido a unas personas que me canviaron... Gente muy importante que también ha bajado del tren... Ahora vuelvo a tener esa sensación, he encontrado gente de esa, de la que quieres siempre en tu vida, que se ha subido al tren y hay gente que parece que sigue un trayecto diferente... Pero, aunque el sentimiento es el mismo, yo no lo soy. No sé porqué, pero ahora mismo tengo la necesidad de ser una simple observadora de pasajeros, de dejar que la gente suba y baje a su antojo. Sé que puede parecer conformismo e incluso orgullo, y puede que de alguna manera lo sea, pero la gente que yo quiero tener a mi lado es la que quiera estar en ese tren. La gente va y viene igual que las cosas canvian y siempre te queda el mirar atrás con cierto aire de melancolía, pero con la felicidad de lo vivido y el dejar la puerta siempre entreabierta.

Cuando llegué a Barcelona, la persona a la que le enviaba aquellos mensajes me regaló esta canción. Fue la primera vez que le escuché y me pareció precioso...

Hay días que parece que nunca se va a apagar el Sol,
y otros son más tristes que una despedida en la estación.
Es igual que nuestra vida, que cuando todo va bien...
un día tuerces una esquina y te tuerces tú también.
Esa telaraña que cuelga en mi habitación,
no la quito, no hace nada, sólo ocupa su rincón.
Yo he crecido cerca de las vías y por eso sé,
que la tristeza y la alegría viajan en el mismo tren.
¿Quieres ver el mundo? Mira, está debajo de tus pies.
Con el paso de los años nada es como yo soñé.
Si no cierras bien los ojos muchas cosas no se ven.
No le tengo miedo al diablo ¿no ves que no puedo arder?
No hay más fuego en el infierno del que hay dentro de mi piel.
Todo lo malo y lo bueno cabe dentro de un papel.
¿Quieres ver el mundo? Mira, está debajo de tus pies.

Cerca de las vías (Fito & Fitipaldis)
http://www.youtube.com/watch?v=GscJ3cEPSyw

Estación de tren de Colonia (30/04/06)